LA TRUFA

Negras, rugosas y amorfas, extrañas y codiciadas, las trufas se esconden bajo la tierra a la sombra de las encinas y los robles con quienes viven en feliz simbiosis. Aman los suelos pedregosos, el frío y el pedrisco, por eso en invierno alcanzan su apogeo. En su interior guardan el sabor y el aroma de la tierra: una mezcla de humedad, gas, minerales y toques terrosos. 

Montruffles cultiva, selecciona, conserva y distribuye las mejores trufas de Aragón.

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TUBER MELANOSPORUM

La Trufa Negra

Es un hongo que crece bajo tierra junto a las raíces de árboles mediterráneos, especialmente del género Quercus, como encinas y robles.

Su aroma es intenso; su sabor, sorprendente.

Su caprichosa silueta recuerda la de tubérculos como la patata pero con una peculiaridad: crece a modo de múltiples globos con formas piramidales y poligonales en su superficie.

Rugosa, compacta y oscura en su exterior, la trufa negra presenta un interior negro violáceo, con vetas blancas cuando llega a su madurez en invierno. 

TUBER AESTIVUM

La Trufa de Verano

Crece en un hábitat similar al de la trufa negra; es decir, junto a las raíces de bosques mediterráneos, si bien no requiere unas condiciones ambientales tan específicas como la trufa negra en cuanto a composición de la tierra y humedad.

Esto se traduce en una mayor facilidad de cultivo aunque también en unas propiedades menos espectaculares, como un aroma de menor intensidad que el de la trufa negra.

Oscura por fuera y de formas piramidales más pronunciadas, se diferencia fácilmente de la trufa negra por dentro.

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